De nuevo una persona que iba a ser desahuciada se ha quitado la vida. Aunque los hechos han trascendido este pasado viernes, el suceso ha ocurrido unos días antes del último caso conocido, el de un hombre en Paiporta (Valencia), que se arrojó desde su balcón en un cuarto piso cuando llegaba la comitiva judicial para desahuciarle. El patrón se repite, la soledad y la imposibilidad económica de hacer frente a los pagos de la vivienda.
La mujer, de 56 años, fue encontrada muerta en su domicilio en Barcelona por la comitiva judicial que, después de llamar sin éxito al timbre de la vivienda, había forzado la cerradura para acceder al interior para desahuciarla. La encontraron ahorcada en el baño y el suceso se investiga como un suicidio. Suicidio motivado por el desahucio aunque se intente ocultar.
La imposibilidad de pagar el alquiler
Los hechos ocurrieron el pasado lunes en un inmueble ubicado en el cruce entre la calle Urgell y la Gran Via, en el centro de Barcelona. Fue el Juzgado de Instrucción número 6 de Barcelona quien ordenó la actuación de desalojo después de que los propietarios de la vivienda, una fundación privada, pusiera la pertinente demanda por impago del alquiler. El día del desahucio nadie respondió al timbre, por lo que tuvo que intervenir un cerrajero.
Cuando los miembros de la comitiva entraron en la casa se encontraron con el cuerpo sin vida de la inquilina. Al no estar presentes los Mossos, que no acuden a todos los desahucios, los miembros de la comitiva judicial requirieron su presencia abriéndose entonces una investigación para esclarecer las causas y el momento de la muerte, aunque los primeros indicios «apuntan a un suicidio».
Los vecinos han explicado que le mujer se había quedado sin trabajo y sin pareja, estando afectada por una fuerte depresión al no ver salida a su situación y que no hacía mucho que aún la habían visto con vida.
Muchos suicidios esconden un desahucio detrás
Este hecho podría haber pasado desapercibido como un suicidio más, pero ha trascendido al coincidir en el tiempo con el suicidio de Paiporta ocurrido el pasado martes. A las entidades financieras y tenedores de vivienda les está viniendo muy bien la exquisita pulcritud de los medios que no publican estos hechos por el «efecto imitación». Aunque los que tenemos la mente más retorcida o sabemos más, pensamos que ninguno de ellos quiere ver aparece su nombre en los medios como denunciantes y causantes de la muerte de una persona y actúan en consecuencia.
Del desahucio de Paiporta supimos que estaba incoado a instancias de Cerberus, unos de los peores fondos buitre que llegaron a España con la crisis del 2011 y que han decidido quedarse porque nuestra leyes favorecen sus actividades. De esta oscura fundación privada, que denunció el impago e impulso el desahucio de esta mujer, no conocemos el nombre, pero no estaría mal desvelarlo, porque cuando algo se oculta es que algo esconde.
Se incrementan los desahucios en España
El incremento de los suicidios en nuestro país es alarmante. El número de suicidios aumenta cada año desde que en 2008 se convirtieran en la primera causa de muerte no natural en España. Sin los datos completos del 2022, el INE deja entrever con los del primer semestre, cómo la tendencia ascendente registrada en el 2021 se mantiene: entre enero y junio de 2022, se contabilizaron 2.015 fallecimientos y falta la segunda mitad del año, con julio que es el mes más mortal. Pero ya tenemos el dato: casi 12 suicidios al día. Y la situación se está acelerando desde el 2018.
Sin embargo y posiblemente por no incrementar la presión social hacia determinados sectores que están en su origen, el INE no facilita datos disgregados sobre las causas del suicidio, por lo que no existen cifras fiables sobre el porcentaje de suicidios por desahucio sobre el total.